- Redacción
- BBC Mundo
3 diciembre 2014
Hay tantos estilos y disciplinas de donde escoger, que el primer dilema se presenta justo antes de empezar.
Como en cualquier otra actividad a la que se le dedica tiempo y dedicación, en las artes marciales también es necesario conocer cuál es el estilo ideal para satisfacer los objetivos que se pretenden alcanzar, así como encontrar el que mejor se adapta a las características físicas de cada persona.
Ningún arte marcial es mejor que otro, sólo son diferentes, y escoger la ideal es crucial para disfrutar su práctica y ser consistentes para progresar con el tiempo.
Hay muchas variables que pueden entrar en juego, pero hay una serie de factores generales que ayudan determinar en cuáles estilos una persona podría dar sus primeros pasos.
Te gusta o no te gusta. Si bien casi la totalidad de las artes marciales requieren de un tipo de contacto, hay mucha variedad en cuanto a la forma y la frecuencia del mismo.
Están las que son de contacto de golpe, como el taekwondo o karate, o las que son de agarre, como el judo o el jiu jitsu.
Mientras las primeras buscan impactar en el oponente desde la distancia, el objetivo de las segundas es absorber el impulso del contrincante para utilizarlo en beneficio propio a través de un forcejeo.
Decidir si se quiere hacer contacto con las manos o sólo con los pies también ayudará a filtrar algunos estilos, así como si se desea estar de pie, medio agachado o en el suelo.
También están las que mezclan elementos de ambos como las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés), que como específica su nombre logra combinar dos o más estilos.
Las MMA son las más utilizadas en competencias de peleas extremas como el Ultimate Figthing Championship (UFC, por sus siglas en inglés).
Hay otros tipos de artes marciales que se pueden practicar sin necesidad de que haya contacto, como la capoeira y el taichi.
Resistencia
El desgate físico variará dependiendo de la intensidad con la que se practican los movimientos o se lucha sobre un tatami o cuadrilátero.
Sin embargo, hay unas artes marciales en las que se necesita tener un fondo físico mayor, como el kickboxing o el muay thai, que contribuyen a aumentar la resistencia cardiovascular.
Hay otras que promueven más el ritmo por sobre la intensidad, como la capoeira, o aquellas con un fondo más tradicional como el kung fú.
El judo y el jiu jitsu no se perciben como muy exigentes, pero la aplicación de llaves y el forcejeo en el suelo requieren de un fondo físico considerable para mantener la intensidad durante el combate.
Los luchadores suelen engancharse en combates cortos pero muy intensos, en los que se debe enfocar toda su energía en un lapso de tiempo corto.
Agilidad
Es probable que no todas las personas tengan la capacidad de realizar acrobacias para dominar las técnicas del wushu o lanzar patadas a más de dos metros de altura como en el taekwondo, pero la elasticidad y la agilidad son cualidades que se pueden ir desarrollando con la práctica.
La flexibilidad también suele ser importante para aguantar las posiciones de las rutinas durante las sesiones de entrenamiento, o para liberarse de las técnicas de inmovilización durante los combates.
El balance y la necesidad de mantener bajo control el centro de gravedad del cuerpo también es esencial para aplicar las técnicas de ataque y defensa de forma rápida y efectiva, elementos que pueden resultar cruciales en estilos de combate cara a cara como el kung fú, el kickboxing o el muay Thai.
Ataque o defensa
Muchas personas suelen pensar que las artes marciales promueven la violencia, pero lo cierto es que la mayoría surgieron como técnicas de defensa personal y hay algunas, como el aikido que no se aplica a menos que la persona sea atacada.
Sin embargo, hay estilos que suelen estimular el lanzamiento de golpes y patadas para atacar o contraatacar como el taekwondo y el muay thai.
Otros, como el karate, también enseña a controlar su energía y convertirla en motivación.
Por último están los estilos en los que predomina la ejecución de las técnicas por sobre el contacto, como la capoeira o el taichi, y que resaltan en sus rutinas elementos de coordinación de movimientos y meditación.
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